Plebeyos
Mauricio Macri sonaba distinto en el teléfono.
Su voz
denunciaba estupor y decepción.
Su cara ya había mostrado perplejidad horas antes en
Olivos.
No era el presidente electo que respondía a la invitación
de la mandataria saliente.
Era un plebeyo más que ingresaba a Palacio porque la
Emperatriz lo había convocado.
Quién es este petitero, como decía mi abuela, para sacarse
una foto con Su Majestad?
“No valió la pena”, dijo resignado.
La actitud de Kristina tiene razones de fondo y forma.
De fondo porque no se va sentir cómoda cuando los funcionarios
entrantes abran los cajones y vean lo que hay…y lo que no hay.
De forma, porque nadie puede eclipsarla ni osar
pararse a su lado.
Nadie a la par, porque ella es sin par.
Visto con atención, es Koherencia total.
Lo ninguneó como hizo con todos desde que llegaron al
poder.
A este gobierno en agonía le caben todos los adjetivos
comunes a casi todos los políticos: vagos, corruptos y ladrones.
Pero Kristina también es belicosa, sectaria y salvaje.
En criollo malhablado, ayer mostró la hilacha.
Ha sido el último bochorno?
Seguramente no.
Todavía le quedan dos semanas para seguir dejando, como
el cometa Halley, su estela fulgurante en medio de la oscuridad total.
Lo bueno es que, como el Halley, no volverá hasta
2061.
Santiago Daniele
periodista y abuelo
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